DENIED HEALTH
Desde hace unos años vivimos un escenario de crisis económica. La economía es el motor vital actual por excelencia, y el modelo de mercado desarrollado en estos días genera tanto dinero como desigualdades. La pérdida de confianza y de los puestos de trabajo, así como la disminución de la actividad económica ha mermado la capacidad de ingresos del estado. Este hecho ha llevado al gobierno a realizar ajustes presupuestarios, con recortes en todos los departamentos e instituciones, lo que ha generado un menoscabo en los servicios, incluso en los más sensibles como son la educación y la sanidad.
El deterioro de estos servicios se hace palpable especialmente con los más débiles, como son los inmigrantes, muchos de ellos, sobre todo los que no tienen los papeles en regla no tienen acceso a la sanidad.
Denied Health; salud denegada, para muchos pacientes, que ven mermado su estado de bienestar. Esa angustia está latente la instalación, quizá incrementada con la cálida pero inquietante dominancia del color rojo de la lámpara de infrarrojos. El espectador cuando entra en la sala puede contemplar una verdadera puesta en escena, como si de una obra teatral se tratase. Los objetos están colocados de forma equilibrada para que compositivamente el público perciba armonía y coherencia en los elementos. Los objetos, verdaderos protagonistas de la instalación adquieren vida, su actividad performativa se desarrolla en torno a la narrativa de una sanidad en crisis; recortes en servicios y un virus como el ébola, son capaces de poner en peligro uno de los pilares básicos y con más prestigio de nuestra sociedad.